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Inteligencia emocional, ¿por qué es importante?


Inteligencia emocional

Seguro que en más de una ocasión hemos escuchado dicho término, pero no hemos sabido muy bien qué es lo que implica, no hemos sabido explicarlo o directamente no hemos sido conscientes de la gran relevancia que tiene a la hora de dirigir nuestras conductas y habilidades de comunicación con nuestro entorno.

En este artículo descubriremos de forma clara y concisa qué es esto de la inteligencia emocional, todo lo que abarca, lo importante que puede llegar a ser y lo útil que nos sería si tuviésemos una mayor conciencia y consideración a la hora de afrontar nuestro día a día.

En qué consiste y cómo nos puede ayudar.

Es un concepto que parte de la inteligencia personal en relación con el control de nuestras emociones, agrupando conductas útiles para lograr apreciar y conseguir expresar de una manera precisa y reflexionada las emociones propias y la de los demás. Todo ello se resume en “la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlos con los demás” tal y como expone Daniel Goleman, profesor de psicología de la Universidad de Harvard y autor del libro más vendido en relación a este campo “Inteligencia Emocional”, del cual hablaremos más adelante.

Se puede resumir en que resume en que si somos capaces de identificar y controlar correctamente nuestras emociones sin dejar que se apodere de nosotros y tomen el mando de nuestras conductas, nuestras relaciones sociales, así como las relaciones con uno mismo serán mucho más satisfactorias y nos ayudarán en nuestro día a día.

Este tipo de inteligencia se puede dividir a su vez en subgrupos:

  • El autoconocimiento y la autorregulación de emociones: que formarían parte de la Inteligencia intrapersonal que responde a la capacidad de formar un modelo real y preciso sobre uno mismo, teniendo un cierto control a los propios sentimientos o la regulación de estos para usarlos acorde con la situación o en una determinada conducta.

  • La empatía y habilidades sociales: que formarían parte del área de la Inteligencia interpersonal, respondiendo a la capacidad que tienen los seres humanos de comprender a los demás, acorde con una conducta empática para lograr entender cómo se sienten, lo que motiva a la gente o por qué actúan así para conseguir una relación adecuada y de mutuo entendimiento, lo que nos permitirá saber cómo actuar ante las reacciones de un temperamento o de unas emociones que puedan confrontarse con las nuestras.

Cómo podemos aprender a regular nuestras emociones

Lo cierto es que no es nada fácil conseguir tener este autocontrol y temperamento sobre nuestras incontrolables emociones y sentimientos que de forma frecuente nos hacen actuar de forma ciertamente impulsiva e incontrolada. Si quieres conocer cuál es tu nivel de Ingeligencia Emocional, puedes realizar el siguiente test y descubrir ciertos aspectos de tu personalidad a la hora de hablar de empatía y autocontrol:

Si el resultado del test no ha sido de los más satisfactorio, a continuación, te presentaremos un total de 10 hábitos o conductas que son características de las personas que tienen una gran capacidad para poder gestionar sus emociones de una forma eficaz para ayudarles en sus relaciones y, sobre todo, para ayudarse a sí mismos:

  • Expresar los sentimientos de forma clara: Saber gestionar nuestras propias emociones que suelen salir a flote de forma incontrolada no quiere decir que se lleven a reprimirlas. Por otro lado, hay que saber que cuando nos encontramos en compañía de otras personas, debemos tener en cuenta la forma en que estas personas interpretan lo que expresamos, de forma que el mejor aliado será el equilibrio entre nosotros y el resto de personas. Por tanto, debemos encontrar las mejores formas de expresar nuestras emociones de forma clara y sincera para que logren comprendernos.

  • Conocer formas de automotivación: La mejor forma de aprender a reconocer nuestra manera más cómoda de expresar lo que sentimos es ir experimentando con lo que más nos motive y siendo conscientes de aquello que no.

  • Tratar de conocer cómo son las demás personas: Las emociones, al igual que las personas, no son iguales. Es por tanto de gran importancia conocer cómo son las distintas emociones y, para ello, debemos aprender la forma en que se manifiestan y saber reconducirlas teniendo en cuenta el contexto y la personas con la que estamos interactuando.

  • Escuchar nuestras propias necesidades: Tener una buena inteligencia emocional significa, entre otras cosas, tener claro en todo momento que las necesidades humanas van mucho más allá de las fisiológicas, como la comida o la bebida, y abarcan otras de carácter emocional. Es por eso que las personas con alta inteligencia emocional se habitúan a reflexionar sobre lo que sienten, y que tienen la misma cantidad de necesidades de este tipo que cualquier otra persona.

Vigilar esta dimensión de la propia psicología da la posibilidad de ir mejorando a la hora de realizar un diagnóstico sobre los posibles conflictos emocionales que pueden generarse en uno mismo.

  • Identificar de manera eficaz los sentimientos: De poco sirve monitorizar el estado emocional si no se sabe distinguir un tipo de emoción de otro. Es por eso que aquellas personas que destacan por tener una buena inteligencia emocional se esfuerzan por encontrar las diferencias y similitudes entre aquellos matices emocionales que sienten.

Esto lo pueden hacer tanto centrándose en las propias emociones como en las de los demás, o incluso empapándose en obras de ficción en las que los personajes tengan personalidades complejas y una dimensión psicológica bien desarrollada. Además, es necesario que vayan generando un modo propio de designar estas emociones, utilizando para ello palabras que conozcan bien.

  • Gestionar bien nuestra atención: En el mundo existen diferentes experiencias que nos suponen dolorosas de las que debemos aprender, no centrarnos sólo en ellas ya que podrían suponernos una dolorosa experiencia. Pero esto ocurre a su vez con las experiencias felices que vivimos, ya que de sólo centrarnos en estas estaríamos viviendo una realidad demasiado estimulante pero separada de la cruda realidad.

Debido a ello, tendremos que procurar dirigir nuestra atención atendiendo a nuestras necesidades sin caer en un bucle de pesimismo u optimismo que atrape nuestra percepción de la realidad, gobernando nuestra forma de ver la vida.

  • Analizar nuestras aspiraciones: Aunque en la sociedad se premie el hecho de asumir riesgos sin pensar prácticamente en las consecuencias de fallar, las personas emocionalmente inteligentes tienden a decidir en qué proyectos volcar su tiempo y sus esfuerzos dependiendo de las posibilidades de éxito esperadas, para no trabajar sobre un marco irreal de expectativas. De este modo el éxito o el fracaso no les llega tan de golpe como para no poder asimilar su impacto.

  • Ser autocríticos: Echar la vista atrás y reconocer los errores puede ser tan útil como terapéutico, y por eso la autocrítica es un recurso muy valorado por las personas con alta inteligencia emocional. Esto no solo hará que sea difícil que ciertos conflictos con otras personas queden enquistados, sino que además les permitirá tener una visión más realista y detallada tanto de sus propias capacidades como de las aspiraciones y motivaciones que las mueven. Esto les dota de mejores recursos para superar sus miedos y progresar día a día.

  • Pasar tiempo con las personas que más conectamos: Gracias a ello, entraremos en una zona de confort donde nos será mucho más fácil comunicarnos y expresar nuestros sentimientos más íntimos, así como preocupaciones debido a la seguridad y confianza de las personas con las que nos encontramos. Pero también es importante salir de este círculo para poder interpolar nuestra forma de expresarnos a un nivel más profundo, lo cual nos lleva al siguiente punto.

  • No tener miedo a conocer nuevas personas: Las personas con alta inteligencia emocional, a pesar de ser más o menos extravertidas, son capaces de abrirse hacia nuevas experiencias. Eso también influye positivamente a su faceta social. Son personas que no tienen miedo a conocer otras personas, aunque puedan provenir de mundos distintos al suyo.

Inteligencia emocional en el mundo empresarial

Día tras día los empresarios son más conscientes de la necesidad de cuidar de sus empleados. Es por ello que cada vez más empiezan a invertir en mejorar la Inteligencia Emocional de estos al darse cuenta de que una de las claves del éxito comercial y de la venta de sus productos radica en el grado en que sus trabajadores son capaces de reconocer y controlar sus emociones, así como las de sus clientes.

Es casi impensable concebir un comercial de ventas que carezca de habilidades en el trato con los clientes, un empresario sin motivación para la dirección de su compañía o un negociador que no sepa capaz de controlar sus impulsos y emociones. Todo el conocimiento técnico basado en la mejor relación entre estudios académicos y experiencia no será ninguna garantía para estas personas, porque tarde o temprano malograrán operaciones económicas por un deficiente conocimiento de sus emociones.

El psicólogo de las organizaciones Jonathan García-Allen explica: “La época en que los procesos de selección de personal se basaban en la experiencia laboral y los conocimientos técnicos pasó. Actualmente, el método ha evolucionado y los aspectos relacionados con la Inteligencia Emocional, como las habilidades interpersonales y la gestión de las emociones, han cobrado un protagonismo clave. Esta creciente relevancia del aspecto emocional en el trabajo viene motivada por la tendencia a la tercerización de la economía en los países occidentales, en que el intercambio económico está mediado por la confianza entre ambos agentes”.

A continuación, podremos conocer un poquito más sobre el tema gracias al reportaje de Eduard Punset y de TVE, que nos acerca más a este aspecto tan importante de nuestros sentimientos:

Estos aspectos a los que con relativa frecuencia dejamos a un lado, pueden resultar clave para nuestra salud mental, conocernos mejor nosotros mismos, así como para lograr tener unas relaciones sociales plenas. Y no contamos con pocas vías para lograr obtener estos conceptos para gestionar nuestra Inteligencia Emocional, contando con numerosos libros, con nuestras propias experiencias, así como asistir a uno de los cursos que organizamos desde Best Teacher, para acercarte al control de las emociones de la mano de grandes profesionales y donde conocerás e interactuarás con otras personas con las mismas inquietudes que tu.

No dudes en visitar nuestra página web y descubrir algunos de los cursos que mejor se adecuen a ti. También hemos desarrollado cursos de inteligencia emocional para niños. Consúltalos.

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