El ánimo y la cultura del estudio está cambiando a pasos agigantados. Ya podemos considerar normal que el alumno arrastre una o varias asignaturas, que sean más aquellos que suspenden que los que aprueban, e incluso, muchos aprueban sin saber realmente qué han aprendido. En esta entrada no vamos a hablar sobre las posibles causas, pues no hay estudios que lo certifiquen y solo estaríamos hablando de suposiciones sin saber si son verídicas.
En esta entrada vamos a dedicarnos a exponer cómo, sobre nuestra experiencia vivida durante años como profesores, hemos visto una gran degradación en la motivación y comprensión del alumno por aprender y cómo es cada vez más recurrente el dirigirse a profesores particulares para solventar a corto plazo las carencias de la escuela. Y pondremos sobre la mesa, cómo paradojicamente, a raíz de crear nuestra empresa de formación hemos conocido en su gran mayoría a profesores extraordinarios con un gran talento, que no pierden nunca la motivación pero sí que reconocen que se lo ponen muy difícil.
Empecemos pues con nuestra experiencia. Llevamos dedicándonos a la enseñanza ya más de 10 años. Al principio empezamos como profesores particulares, como era entendible, dando clase a jóvenes de la ESO, mayoritariamente en matemáticas o física y química, que son las materias quizás más duras y que hay que entender bien desde la base y aplicarlo. No obstante, a medida que iban pasando los años, hemos visto cómo cada vez nos llamaban para dar clase a edades más tempranas de 1º de la ESO, luego de 6º de primaria... hasta hemos dado clase a niños de 6 años, sin ninguna deficiencia ni tipo de anomalía para el aprendizaje, simplemente que el niño requería de alguien que estuviera con él ya que por sí solo no salía de él el ponerse a ello. Esta evolución nos ha llamado realmente la atención ¿ Estas medidas tomadas son correctas? ¿ La solución está en contratar a profesores que se anuncian para dar clases particulares para que le expliquen lo mismo que en el colegio? ¿ qué está pasando? Muchos padres es cierto que no tienen tiempo de ponerse con sus hijos, y que solo quieren que aprueben porque dicen que para ellos es un gran fracaso de su parte ver a sus hijos quedarse atrás. Pero tras varios años viendo los mismos casos de iguales características y también viendo en las aulas cómo, muchas veces parece que lo normal es no aprobar porque si destacas porque has aprobado ( ya no decimos con buenísima nota, si no con un 5 o 6 pelado) ya te achacan de empollón y te hacen sentir como que eso no es lo correcto. Se está creando una cultura y entrando en una espiral que nos está llevando directamente al vacío, ya que los valores se están inviertiendo hacia el mínimo esfuerzo y el premio ya no es tan premio pues el ambiente que te rodea no es de orgullo sino de vergûenza.
No obstante, no todo lo que influye en el alumno está en su entorno externo. Nuestra experiencia nos confirma que también tiene mucho que ver la falta de motivación del alumno ya que no entiende lo que se explica en el aula, no le encuentra el sentido ni la aplicación, y la poca adaptación de los libros de texto a la utilidad del aprendizaje tampoco ayuda. Están llenos de colores, definiciones, ejemplos. ¿ Pero de qué sirve si no está explicado el proceso tal y como se tiene que hacer? Y sobre todo, y aquí entra la parte testimonial de los profesores que nos han compartido sus experiencias durante la entrevista para entrar a formar parte de nuestro equipo, el contenido hay que darlo en un tiempo tan vertiginoso que apenas pueden explayarse en asegurar que los conceptos queden bien asentados y entendidos. Y como el ritmo de aprendizaje es distinto entre unos y otros, el hecho de tener 30 alumnos por aula, hace también una labor complicada el poder identificar el problema de cada uno particularmente. " A mí me encantaría darlo de otra manera, y cuando me han dejado, lo he hecho dando fantásticos resultados, pero lastimosamente en la mayoría de los casos tanto el contenido, la metodologia y el tiempo para ello ya están impuestos y nos tenemos que limitar a aplicarlo" nos comentaba uno de los profesores.
Nosotros hemos visto casi de todo a lo largo de estos 10 años... en idiomas un fracaso, saben conjugar el verbo TO BE pero no sabe lo que significa ( con 15 y 16 años...) en matemáticas están muy perdidos, en lengua e historia les cuesta estudiar y por lo general utilizan la memoria, no practican el escrito, no leen, no sienten curiosidad por lo que están aprendiendo. Pero visto este panorama tan faltal que estamos ofreciendo, también hay una parte muy bonita que es cuando ves que gracias a tu pasión y a mostrar las cosas simplemente como a tí mismo te sirvió cuando eras estudiante, esta es la forma de éxito asegurada. ¡ Y es así de simple! Hemos tratado niños que llevaban años y años suspendiendo con incluso varios profesores particulares. El problema venía porque otra vez se estaba utilizando parches, un profesor que te explique por el libro a base de ejemplos cómo se desarrolla algo. Y no es así, al alumno hay que darle las herramientas para que él mismo desarrollase y aprenda la lógica para así afrontar cualquier caso particular. Por nuestra experiencia hemos visto que el enseñar a desenvolverse por sí mismo, le da al alumno la seguridad y la motivación que le faltaba porque cuando entienden el para qué y saben comprobar por ellos mismos sus errores y rectificarlos les da un poder que sus notas pasan sistemáticamente de ser de 2 y 3 a 8 y 9 en cuestión de un mes.
Y estos son resultados medibles que nosotros hemos experimentado pero seguro que habrá muchas personas y profesionales que se sientan identificados con nuestra historia y tengan muchas cosas más que contar. Por ello invitamos a todos a compartir vuestras experiencias y hacer entre todos un sistema mejor.
Espero que haya sido útil y solamente exponer por qué ponemos en relieve la importancia de... enseñar con sentimiento.